No les alcanza el dinero:
Para muchos millennials comprar una vivienda está fuera de su alcance. El alza en los precios de inmuebles y sueldos insuficientes son limitantes para acceder a un crédito hipotecario.
No se han casado o formado una familia:
Tener un hijo aumenta las probabilidades de que una persona considere tener casa propia. Hoy en día la edad promedio para casarse ronda los 30, mientras que hace unas décadas ya para los 20 habían formado una familia.
Endeudados por gastos de estudio:
Es una de las generaciones que no solo se preocupa por acabar su carrera universitaria sino que buscan especializarse o seguir una maestría buscando financiarla con créditos a corto y mediano plazo.
Otras prioridades:
La generación millennial prefiere invertir en viajes, conciertos y experiencias, por lo que la idea de endeudarse para comprar un lugar estable donde vivir no es algo que les quite el sueño.
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