Es común creer que con el último pago de una hipoteca se cancela todo compromiso en cuanto a la deuda adquirida con el banco, y que ya se cuenta con la total pertenencia de la casa, pero hay un último paso, bastante simple, a seguir para concluir con la cancelación de tu hipoteca.
Si una hipoteca no se cancela aunque se hayan realizado todo los pagos al banco, hasta el último de ellos, no podrás vender la propiedad, y en aglunos casos ni rentarla, tampoco podrás solicitar un crédito ofreciendo tu propiedad en garantía. Desde un punto de vista legal, además, el inmueble contará con un gravamen a su cargo sobre la hipoteca existente.
Esto hará que no se pueda realizar ninguna operación sobre la vivienda.
¿En qué consiste la cancelación de una hipoteca?
Al firmar el contrato de una hipoteca, la propiedad que adquiriste quedó como garantía del crédito. Debido a ello adquirió un gravamen. Una vez que se termina de pagar el crédito, este gravamen debe ser cancelado ante el Registro Público de la Propiedad. Con este trámite se entiende que tu inmueble quedará libre de cualquier compromiso financiero, y se podrá disponer de él para los fines que desees.
La cancelación de una hipoteca consiste (en pocas palabras) en acreditar ante el RPP, mediante una escritura del inmueble, que el préstamo está debidamente finiquitado y que la propiedad ha quedado libre de todo gravamen.
¿Cómo se realiza la cancelación de una hipoteca?
Para efectuar la cancelación de una hipoteca hay que acudir con tu Escritura Pública ante un Notario Publico, sin que sea relevante que se trate o no del mismo que inscribió la hipoteca.
Debes solicitar al banco que te proporcionen una carta de instrucciones, que tiene validez ante el Notario Público.
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