Existen muchas ideas erróneas de cómo usar tu famoso crédito hipotecario, en este espacio te ayudaremos a resolver esas interrogantes que muchos nos hemos preguntado y que nadie nos había dicho.
Para empezar pues debemos de definir qué tipos de créditos existen y cómo saber si somos aptos para tener un financiamiento hipotecario.
Diferencias entre préstamo y crédito hipotecario
Un crédito hipotecario comparte muchas semejanzas con el préstamo hipotecario. Aunque tienen la misma finalidad, funcionan de manera diferente. Es importante conocer las particularidades de cada modalidad a la hora de decidirse por una u otra; hemos de elegir la que mejor se adapte a nuestras condiciones.
Así, el préstamo hipotecario es cerrado: tiene unas condiciones determinadas en un contrato, que en caso de que se quieran modificar por el cliente, una vez formalizado el préstamo hipotecario, deberá hacerse una novación (por ejemplo, para ampliar el plazo de duración, el importe a financiar, etc.).
En cambio, en el crédito hipotecario se concede una cantidad de dinero, y el titular puede disponer del total o de solo una parte de ese dinero concedido. Cada vez que necesite más dinero puede disponer del que quede pendiente, siempre que la cantidad total que esté utilizando no supere el límite de crédito que concedió el banco.
Pros y contras del INFONAVIT
Como primera ventaja, cuando contratas una hipoteca con Infonavit no requieres tener ahorrado el enganche, ya que este se toma de la subcuenta de vivienda.
El instituto de vivienda señala en su página web que las condiciones del financiamiento se establecen con base en tu precalificación, que considera tu edad y tu salario, tu ahorro en la subcuenta de vivienda y los bimestres de cotización continua que has tenido.
Y otra ventaja es que puedes solicitarlo incluso si no tienes un buen historial crediticio.
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